La República de Vizcaya o República de Euskadi no es un
Estado independiente, sino una región habitada principalmente por vascos, que
proclamó su autonomía como parte de la República Española el 8 de octubre de
1936. Incluía las provincias de Navarra, Jipuzkoa, Bilbao y Victoria. Los
republicanos reconocieron la autonomía de los vascos porque contaban con su
ayuda activa en la lucha contra los falangistas, que no querían oír hablar de
ninguna autonomía vasca.
En la persona de los vascos, unidos no tanto por sus opiniones socialistas como
por una idea nacional común, los franquistas encontraron obstinados adversarios.
Los falangistas tenían un ejército de 50 mil soldados y 50 tanques, los vascos
30 mil soldados de infantería y 12 tanques. Pero la zona de Bilbao contaba con
fuertes fortificaciones de hormigón que podían nivelar esta superioridad.
Sin embargo, el factor decisivo era la supremacía aérea: los vascos sólo
disponían de 25 aviones frente a los 150 de los francos.
La ofensiva comenzó el 1 de abril de 1937. Al mismo tiempo, como resultado de
una incursión de pilotos alemanes de la Legión Cóndor, se produjo la infame
destrucción de la ciudad de Guernica, inmortalizada por Picasso en el cuadro del
mismo nombre.
En un mes, el enemigo sólo había avanzado 20 kilómetros. Pero entonces, los
vascos, faltos de municiones y alimentos, emprendieron la retirada.
El 20 de junio de 1937, los francos y los italianos entraron en Bilbao y la
República de Vizcaya dejó de existir.
La emisión de moneda propia de la República de Vizcaya tenía por objeto eliminar
la escasez de suministro de dinero. Al principio se utilizaron cheques, luego se
imprimieron billetes completos (en denominaciones de 1 a 1000 pesetas0 y monedas
de 1 y 2 pesetas. También estaba prevista una moneda de 5 pesetas. Los billetes
se imprimieron en la imprenta de Bilbao y las monedas en la Real Casa de la
Moneda de Bruselas. El primer lote de monedas llega a la República el 11 de
febrero de 1937.